viernes, 15 de junio de 2012

Nacionalizar la Iglesia

Es posible que sea apedreado por esta entrada. Hoy vamos a tratar el tema de la Iglesia. Controvertido ¿eh?
Todos hemos visto las noticias estos días, en los que nos han bombardeado a información, sugiriendo incluso la desaparición del euro, indicándonos los valores históricos que ha alcanzado la prima de riesgo y el paro, etc. Cómo medida, el gobierno ha decidido nacionalizar Bankia, de manera que el estado recibirá parte de sus beneficios (no sé si el 20%). No voy a explicarlo en profundidad, pero el caso es que Bankia es uno de los principales responsables de muchos de los desahucios que se llevan a diario. El hecho de que el gobierno meta dinero en Bankia de todos, nos da una perpectiva un tanto cruel. Las personas desahuciadas han inflado la banca de sus verdugos (con dinero público, de sus impuestos), pero sin embargo, sus casas no les son devueltas.
Quizá era necesario, no lo sé (sólo tengo la ESO. Me desacredito a mí mismo, no me importa), pero entonces, vamos a nacionalizar otras instituciones. ¿Qué pasa con la iglesia?
Veamos, en España, en teoría más de un 70% de la población se considera católica, aunque sólo un 13% es practicante.  Un 17% de la población iremos al infierno y seremos maltratados por satanás para el resto de la eternidad. Joder, que putada. Además vendrá un diluvio universal y nos ahogaremos (que es de las peores muertes junto con la de quemarse. Que eso ya vendrá más tarde, en el infierno), sin embargo el 83% de la población será dotada de aletas o quizá de trajes de buzo (no estoy seguro) y sobrevivirán. Es cierto que una vida en el cielo, debe estar guapa, pero creo que Dios podría regalarse un poco.
La iglesia es una de las instituciones que más dinero recaba (El Vaticano es el país más rico del mundo) aprovechando la fe de muchos católicos practicantes que hacen donaciones. Total, para que luego los que no sueltan ni un duro, se arrepientan por no haber creído en Dios y tengan entrada gratis (no sé si entra consumición).

Los valores de la iglesia, según el anuncio de “marca X a favor de la iglesia y colabora en la labor social…” son ayudar al prójimo. Así que estoy convencido de que Dios está de acuerdo en ayudar a los más necesitados, que en este momento somos todos los españoles honrados (los listos se están forrando).
Todos ganamos. Ellos han sido desacreditados durante años, gracias a los curas pederastas, la ciencia, el hecho de que se pueda haber matado y tener entrada al cielo si te arrepientes, el cura de gran hermano que se empalmaba y lo publicaba a los cuatro vientos, la falta de adaptación al siglo XXI (aborto, homosexualidad, etc.). No les vendría mal un lavado de imagen. Así que Rajoy, paisano, vamos a llevarnos ni que sea un 5% de lo que ganan estos cabrones. Todos tenemos que arrimar el hombro y quién mejor que aquellos que presumen de arrimarlo siempre.
¿Es una locura? Puede. Pero cuando el notas de Copernico aseguró que la tierra era redonda, también le trataron de loco y ahí lo llevas, en todos los libros de historia cómo el puto amo.
Evidentemente esta medida no salvaría al país, pero si juntamos todas las anteriores entradas, algo haríamos, quizá “nuestra prima” seguiría viviendo al límite y siendo altamente arriesgada, pero al menos la educación y la sanidad tendrían un respiro.

*Aprovecho para decir, por una vez, que en Cataluña alguien ha pensado con la cabeza. Las matriculas de la universidad valdrán más para los que más tienen (serán en función de la renta), ojalá se siga la misma medida para el resto de España. (Aunque no nos vengamos arriba, el que más tiene mejor sabe esconder que tiene)

viernes, 1 de junio de 2012

Un buen rey


Hoy me apetece contar un cuento.  Me siento transgresor.
“Había una vez, un territorio que muchos anhelaban conquistar para poder generar grandes riquezas, sobretodo nacidas de la tierra, gracias al clima y el encanto de estos terrenos.  Griegos, romanos, y más adelante, árabes, entre otras culturas,  habían conquistado la península dejando muchas influencias.
Primero llegaron los griegos, de los que heredaron el yogur y todos sabéis qué más. Los romanos consiguieron colonizar toda la península, llamándola Hispania y aportándoles el idioma. Con la llegada de los árabes, heredaron todas las palabras empezadas en “al”, la guitarra, se crearon los cantes flamencos, pero también nació el odio. Odio porque los habitantes de Hispania, estaban cansados de ser colonizados y enseñaron los dientes por primera vez. Habían pasado siglos siendo maltratados, pero solo habían tenido coraje para luchar contra el más débil. El marrón. Tras mucho luchar, los hispanos consiguieron conquistar la península de nuevo.
Con el paso de los siglos, el territorio de ensueño, pasó a llamarse España y tuvo muchas y distintas formas de gobierno. Fue un reino, una republica, un reino otra vez, una dictadura, vuelta a la república… Y un buen día llegó un hombre de inteligencia y estatura reducida llamado Franco. Franco era un señor muy vanidoso (como Ramón de Pitis) y autoritario. Decidió hacerse militar e ir escalando posiciones para poder ser todo lo admirado que él deseaba. Un trágico día, el osado militar, decidió imponerse como jefe de estado. Como algunos ciudadanos estaban contentos con la republica, España se dividió, estalló una guerra civil y Franco se proclamó jefe de estado y recargó su ego otorgándose el nombre de Generalísimo Francisco Franco, caudillo de España por la gracia de dios.
España vivió entonces sus años más negros. Muchos ciudadanos eran  perseguidos y fusilados, otros muchos encarcelados y el miedo se apoderó de la población. Desgraciadamente para el estado español, el dictador murió de viejo, dejando de sucesor al nieto del anterior rey. Don Juan Carlos de Borbón. El miedo y la incertidumbre se apoderaron de la sociedad. ¿Cómo sería el nuevo reino? ¿Serían sometidos? Enseguida todas estas dudas se disolvieron. Juan Carlos resultó ser un buen rey y decidió establecer una democracia, donde todos los españoles pudiesen escoger al gobernante y ser felices para siempre.
Juan Carlos era aclamado y tratado de héroe. Como los ciudadanos habían escogido a sus gobernantes, las labores del rey quedaron reducidas a: Dar la mano a gente importante, desarrollar un habla gangosa, cortar cintas inaugurales y dar un discurso por navidad. Muchos españoles trabajaban de sol a sol para llevar una vida digna y las nuevas generaciones ya no valoraban su hazaña pasada, ya que un solo acto bueno no debería marcar toda una vida.
Un buen día los dirigentes de muchos países se reunieron en una cumbre, en la que  un malvado presidente de un país lejano, mostró su desaprobación por los antiguos gobiernos que España había tenido. El rey, consciente de sus detractores, decidió hablar en nombre de la población, dirigirse al malvado presidente y decirle: “¿Por qué no te callas?”. Los españoles enloquecieron, y la popularidad del rey se disparó. Parecía que por fin el rey servía para algo. Lo que no se había parado a pensar la población, es que el rey sí tenía un trabajo importante: preservar la buena imagen de España y mantener unas buenas relaciones con otros gobiernos lejanos. Por lo tanto, lo que  en realidad había hecho el rey, era prescindir de la única labor que tenía y meternos en un buen lio.
Con el paso del tiempo, la última hazaña del venerado  don Juan Carlos de Borbón, se había vuelto a olvidar. Además, una crisis mundial sin precedentes, aumentaba la crispación de los españoles, que no estaban dispuestos a seguir manteniendo una vida de lujos al rey, pese a los intentos de éste por hacer que los ciudadanos viesen que ellos también ahorraban, con cosas insignificantes como; que la reina cogiese el ave en lugar del avión, que la princesa de Asturias repitiese algún que otro vestido, no dejándose ver con el yate, etc. Por si no se había dañado suficiente la imagen de nuestro bondadoso rey, su yerno, había incurrido en estafas y se había enriquecido aún más.
Al enterarse de esta trágica noticia, el rey se sentía más perdido que un pulpo en un garaje, por lo que acudió a Sofía, la reina:
-          Sofía…- dijo- Creo que se nos va a acabar el chollo. Los españoles ya no me quieren. ¿Dónde han quedado esos años en los que yo era el rey más campechano? Quizá es eso lo que falla… no me toman en serio. Y para añadir más leña al fuego, Froilán se vuela un pie. No somos una familia real, somos un chiste. Hasta José Mota se mofa de mí. Algo hay que hacer.
-          Y… ¿Qué quieres hacer?- contestó la reina.
-          A lo mejor mostrando una imagen más fuerte… ¿Y si me voy de caza?
-          ¿Crees que cazando una liebre, te verán más fuerte?- preguntó sorprendida.
-          No. Cazaré algo con lo que nadie pueda.
Y así fue, nuestro bondadoso rey, se enfundó su atuendo al más puro estilo Felix Rodriguez De La Fuente, y… ¿Cazó un conejo? No… ¿Un jabalí? No… ¿Un ciervo, tal vez? No… Decidió cazar un elefante. Juanca se sentía poderoso. Desgraciadamente, los ciudadanos no vieron la hazaña del rey como tal cosa, sino más bien como una desacreditación más  a la corona.
Aún así, los españoles seguían viviendo en pésimas condiciones (puesto que, una vez más, miraban, como simples espectadores, cómo los sometían) y esperando la abdicación del rey , que nunca llegó. Juan Carlos, no fue recordado como el rey más campechano, si no como el que llevó a España a la más absoluta miseria.”
Moraleja: Un buen rey, es capaz de estar a la altura siempre. Un buen rey, prioriza a los ciudadanos siempre. Un buen rey, abdica cuando es necesario. ¿Cuál es el rey perfecto? El que deja de serlo.
*Recortes en educación, sanidad, investigación y desarrollo, ejercito… ¿y en políticos? ¿y en la monarquía? Meses de espera para hacerte unas pruebas (aumentarán las muertes), bajará el rendimiento académico (No habrán buenos profesionales), pero el rey seguirá veraneando en Mallorca y cenando caviar. ¿Tenemos que seguir agradeciéndole al rey la democracia? o ¿nos damos cuenta por fin, de que nunca ha existido y de que él es uno de los que nos priva de ella?